Lyon, ciudad en la que confluyen los ríos Ródano y Saona, es una de las mejores opciones para aprender francés en Francia. No es la ciudad más turística del país, pero es la segunda más grande. Allí, podrás hablar con los lugareños y, de esa forma, pondrás en práctica lo que has aprendido en las clases de francés y harás nuevos amigos muy interesantes.
En Lyon, hay muchas cosas para hacer y descubrir después de clases. La escuela está a tan solo unos minutos a pie del casco antiguo histórico, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Después de clase, puedes dar un paseo por los callejones de la ciudad, admirar la basílica de Notre-Dame de Fourvière, construida en la colina que tiene el mismo nombre. Allí, podrás disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad. Pasea por la orilla de los ríos Ródano y Saona. Visitas algunos de los restaurantes más famosos y degusta la comida local, que muchos consideran como uno de los tipos de culinaria más populares de Francia.
Vale la pena visitar Lyon en cualquier época del año. Sin embargo, para muchos lugareños y para los visitantes internacionales, el 8 de diciembre es uno de los días más bonitos del año. Los que viajen a Lyon ese día, celebrarán la gran Fiesta de las Luces, conocida como Fête des Lumières. Año tras año en esta fecha, la ciudad se viste de los colores más vivos. Muchos edificios son bañados por luces brillantes de colores y los artistas hacen énfasis en la belleza de la fiesta al instalar estas increíbles luces.
Al estudiar francés en Lyon, aprenderás mucho más que solo francés. ¡Conocerás una ciudad increíble que te encantará con su magia y autenticidad!